En este sentido, la ansiedad es una emoción que produce una respuesta fisiológica, cognitiva y conductual, la cual se caracteriza por un estado de activación. Es posible observar que a nivel fisiológico la ansiedad provoca síntomas como: aumento de la frecuencia respiratoria, taquicardia, mareos, opresión en el pecho, sudoración y náuseas.
Por otro lado, a nivel cognitivo, la ansiedad genera pensamientos, creencias, ideas o imágenes que se encuentran asociadas a un evento y/o situación. Por último, a nivel conductual, la ansiedad produce una respuesta de lucha, huida o paralización (fight, flight or freeze, por sus palabras en inglés).
Los tres tipos de respuesta de la ansiedad (fisiológica, cognitiva y conductual) pueden existir con mayor o menor prevalencia en las personas dependiendo de cada caso. Considerando lo anterior, las manifestaciones de ansiedad más identificables son las siguientes:
Dificultades para tolerar la incertidumbre
Necesidad de mantener las cosas bajo control
Planificación excesiva
Problemas para dormir bien
Preocupación constante por eventos, situaciones y/o personas
Problemas de atención y concentración.
Una de las estrategias más importantes que puedes utilizar es el autocuidado personal. Esto implica: realizar actividad física, mantener una buena alimentación y horarios de sueño, tener pasatiempos y mantener contacto con la familia y amigos, por mencionar algunos.
Tolerar la incertidumbre
Para quienes presentan dificultades para tolerar la incertidumbre, necesidad de tener las cosas bajo control y planifican de manera excesiva, es recomendable practicar mindfulness. El objetivo de esta práctica es traer amablemente la atención hacia la experiencia presente, aceptando dicha experiencia tal como se presenta en el momento, sin intentar modificarla. Quien practica mindfulness está enfocado en el “aquí y el ahora”, por lo que no tiene espacio para la incertidumbre y para pensar en el futuro. Además, la experiencia se presenta tal como es, por lo que no hay espacio para controlar la situación.
preocupación constante
Para quienes presentan preocupación constante por eventos, situaciones y/o personas es recomendable la identificación de pensamientos. Normalmente las preocupaciones se asocian a pensamientos negativos, así que es importante poner atención a estos pensamientos y hacerlos conscientes. Anótalos diariamente y evalúa el poder que les otorgas y cómo influyen en los distintos ámbitos de tu vida (personal, social, laboral o familiar).
estrategia "worry time "
Para quienes tienen problemas de atención y concentración es recomendable utilizar la estrategia worry time. Esta estrategia consiste en darse un tiempo (15 a 30 minutos) en el día para las preocupaciones. Durante el worry time, debes escribir todas las preocupaciones que estén en tu mente en ese momento y, al final de la semana, tomarte algunos minutos para leer lo que escribiste y reflexionar respecto a esa información, notando los patrones o preocupaciones que tienden a repetirse.
Si sientes que no estás pudiendo sobrellevar adecuadamente el confinamiento, las tareas cotidianas y la ansiedad, pide ayuda profesional. Para recibir ayuda puedes escribirnos a: consultores@sbc.care